Orientación académica
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¿Cuál es el volumen de negocio del desarrollo de apps?

Hace tiempo que se habla de App Economy, la economía de las aplicaciones. Estos programas que usamos todos los días en nuestros smartphones, de hecho, son parte de un mercado que genera miles de millones de dólares cada año. Cualquier sector productivo no puede prescindir de las aplicaciones para su negocio. Por supuesto, esta nueva economía involucra a los consumidores y, aún más, a profesionales como los desarrolladores.
El gasto mundial de los consumidores en aplicaciones móviles alcanzó los 64.900 millones de dólares en App Store y Google Play en la primera mitad de 2021, según estimaciones y proyecciones preliminares de la plataforma Store Intelligence de Sensor Tower. Este dato representa un 24,8% más que los 52.000 millones de dólares generados por ambas tiendas en el mismo período de 2020. En el primer semestre del año pasado, sin embargo, la pandemia había aumentado el gasto en un 28,4%, en comparación con los aproximadamente 40.500 millones de dólares registrados en el primer semestre de 2019.
Sensor Tower también estimó que hubo 72.500 millones de descargas a nivel mundial en ambas tiendas en la primera mitad de 2021, un 1,7 por ciento más que los 71.300 millones del mismo período del año pasado. Este dato, más moderado, llega después del explosivo crecimiento interanual del 25,7 por ciento experimentado por la adopción de aplicaciones el año pasado, en comparación con el mismo período en 2019.
Según el informe 'The State of Mobile', elaborado por App Annie, empresa de análisis especializada en la App Economy, la industria del móvil (es decir, todo lo que viaja en dispositivos móviles, desde las compras online a los videojuegos) en 2023 llegará a alcanzar un valor de 4.800 billones de dólares. Otras estimaciones, como la de Statista, consideran que el valor de la economía de las aplicaciones en 2021 ya es de 6,3 billones de dólares, lo que la convertiría en la tercera economía más grande del mundo.
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Más allá de las cifras estimadas sobre su valor global, la potencia de la economía de las aplicaciones es un hecho. La centralidad del móvil también se confirma con otro dato contenido en el informe de App Annie. Las denominadas empresas ‘mobile-first’, es decir, aquellas que tienen el móvil en su ADN, obtuvieron una valoración media al momento de cotizar en bolsa de 544.000 millones de dólares, casi un 600% más que las que no lo eran.
Si los smartphones y las tabletas son los dispositivos preferidos para navegar por la red y disfrutar de sus maravillas -los accesos desde ordenadores fijos y portátiles están en fuerte declive-, no hace falta decir que el mercado está muy atento a orientar y reorientar su oferta en términos de aplicaciones, que son cada vez más fáciles de usar a la vez que complejas a nivel de programación.
Las empresas son conscientes de este crecimiento: no en vano, las inversiones en el sector también están aumentando (+ 27%). La economía de las aplicaciones ha creado un espacio para nuevas profesiones, que ya son consideradas indispensables en todos los campos. Estas figuras son contratadas por empresas o trabajan en proyectos externos como autónomos. Entre ellas, destacan las de desarrollador de aplicaciones, ya sean desarrolladores web, mobile o ambas, expertos necesarios para la creación de las herramientas para comunicar con los usuarios.
Los profesionales de la economía de las aplicaciones
De hecho, el ecosistema de la economía de las aplicaciones también incluye otras figuras relacionadas con la experiencia del usuario, como es el caso del diseñador de UI y UX. Estos profesionales se encargan de la interfaz de usuario y su experiencia con la marca, por lo tanto, de todos aquellos elementos que tienen como finalidad hacer que una plataforma o una app sea fácilmente utilizable y facilite la fidelización del usuario. Por último, las aplicaciones en general suelen estar vinculadas al mundo de las startups y proporcionan mucho trabajo de forma indirecta.
Se merece una mención especial el mundo de los videojuegos. Los juegos para móviles, en concreto, se han convertido en la forma de juego más explotada del mundo, superando los 100.000 millones de dólares de gasto en las tiendas de aplicaciones, incluidas las chinas. Por este motivo, los profesionales con experiencia específica en la creación de aplicaciones de gaming son cada vez más solicitados. Entre estos, además del programador, encontramos: game designer, lead designer, level designer, guionista, programador de motores y herramientas o programador de gráficas y efectos especiales.
Se trata de figuras profesionales actualmente muy demandadas en el mercado y que obviamente requieren una formación específica, como la que puede proporcionar un curso o bootcamp dirigido a desarrolladores web, que se puede integrar perfectamente con un grado en el sector de las tecnologías de la información. Ya no hay duda de que en los próximos años tendremos aún más que ver con las aplicaciones, cada vez más inteligentes y capaces de integrar mecanismos de realidad virtual e inteligencia artificial. El futuro está por escribir y está en manos de los desarrolladores.